En medio de la agitación, América Latina enfrenta una decisión crucial

La inversión china en la región trae tecnología de punta y genera empleos y ingresos

ROBERTO VIZCARDO BENAVIDES | 2025-06-17 17:24
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LI MIN/CHINA DAILY

La gran mayoría de los países de América Latina superaron los dos siglos de existencia como repúblicas. Sin embargo, ninguno de ellos logró crecer hasta alcanzar el nivel de las naciones desarrolladas.

El fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 supuso una reconfiguración del orden mundial en términos de relaciones políticas y económicas internacionales. En julio de 1944, poco antes de que terminara la guerra, la Conferencia de Bretton Woods legó al mundo dos instituciones clave para ayudar al desarrollo de la economía global: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. En 1947 se creó el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (que en 1995 fue reemplazado por la Organización Mundial del Comercio). Estas instituciones fundamentales fueron promovidas por Estados Unidos, supuesto paladín de la libertad y el libre comercio.

Simultáneamente, economistas ilustres como Friedrich Hayek (Premio Nobel de Economía en 1974) y Milton Friedman (Premio Nobel de Economía en 1976) promovieron la teoría liberal, bautizada como modelo neoliberal o modo de producción capitalista, en Occidente. Sin embargo, los países socialistas siguieron su propio camino hacia el desarrollo.

En este contexto, a partir de 1947, cobró relevancia la teoría económica de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), promovida por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, un organismo de las Naciones Unidas. El objetivo de la ISI consistía en reducir la dependencia de importaciones a través de promover la producción local, mediante la implementación de medidas arancelarias para proteger las industrias nacionales, incentivos fiscales y mayor apoyo estatal. En otras palabras, proteccionismo.

La industrialización por sustitución de importaciones generó mucho entusiasmo en la región, y países como Argentina, Brasil, Chile y México aplicaron la política entre 1950 y 1970. Pero hacia fines de los años 80, la ISI demostró ser un fracaso, ya que condujo a una protección excesiva de las industrias nacionales, falta de competencia y baja calidad de producción.

América Latina había perdido un tiempo valioso en su camino hacia el desarrollo. A pesar de que algunos aspectos positivos se mantuvieron, era necesario empezar de nuevo. Eran tiempos de caos económico, inflación, gran endeudamiento externo y pobreza. A fines de los años 70, China dio un giro radical en su política de desarrollo y comenzó a construir lo que hoy es la segunda economía más grande del mundo.

Mientras Estados Unidos tenía otras prioridades en distintas regiones del mundo, América Latina buscaba inversiones y socios para generar riqueza que le permitiera mejorar su situación. La década de 1990 fue crucial, ya que los países de la región decidieron una vez más construir un futuro mejor. Países como Perú comenzaron a desmantelar las antiguas empresas estatales, privatizando activos en todos los sectores (minería, comunicaciones y servicios) con marcado éxito. La primera década de este siglo fue particularmente importante porque marcó la presencia decisiva de China en América Latina. China firmó acuerdos de libre comercio con Chile (en 2005), Perú (en 2009) y Costa Rica (en 2010).

Cabe recordar que China ingresó a la OMC en 2001, y el comercio, inicialmente centrado en productos primarios como minerales y petróleo, creció rápidamente gracias al aumento de las inversiones chinas en infraestructura, energía, minería y cooperación para el desarrollo.

Hoy, China mantiene una fuerte presencia en la región. Las inversiones chinas incluyen a empresas globales como MMG, Chinalco, CNPC, COSCO y el Banco Industrial y Comercial de China. Entre 2000 y 2023, las empresas chinas invirtieron más de 203.000 millones de dólares en América Latina y el Caribe.

En términos de generación de empleo, ingresos y reducción de la pobreza, el impacto de la inversión china en la región fue altamente positivo. En Perú, la reciente inauguración del megapuerto de Chancay (equipado con tecnología 100% inteligente) podría aumentar el PBI del país en casi 1% en 2025. Cabe destacar que las inversiones chinas llegan con tecnología de punta. Por ejemplo, el tren de alta velocidad a lo largo de la costa peruana se construyó con tecnología disponible solo en Francia, España y China, siendo esta última la líder.

Sin embargo, grandes acontecimientos internacionales, incluidos los conflictos entre Rusia y Ucrania, Israel y Palestina, y la piratería en el Cuerno de África, afectaron gravemente la cadena de suministro global, creando incertidumbre en América Latina y el Caribe. A esto se suman los aranceles punitivos de Estados Unidos a las importaciones de sus socios comerciales.

América Latina necesita salir del estancamiento; necesita la ayuda que nunca recibió durante sus peores crisis. Las personas comunes de América Latina y el Caribe no quieren disputas geopolíticas. Solo buscan mejor educación, salud y oportunidades.

El autor es profesor emérito del Centro de Altos Estudios Nacionales de Perú y miembro de la Asociación Peruana de Estudios Internacionales (APEI). Esta es una versión traducida y abreviada de un artículo publicado en China Daily. Las opiniones no representan necesariamente las de China Daily.

 

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